la propiedad de la tierra
LA PROPIEDAD DE LA TIERRA, LA OLIGARQUÍA Y LA CULTURA IMPUESTA DE LA “PATRIA”
¿DE QUÉ HABLAMOS CUANDO HABLAMOS DE PROPIEDAD PRIVADA?
“No trate de
economizar sangre de gauchos. Este es un abono que es preciso hacer
útil al país. La sangre es lo único que tienen de
seres humanos” (Domingo Faustino Sarmiento)
“¿Lograremos
exterminar a los indios? Por los salvajes de América siento una
invencible repugnancia sin poderlo remediar” (D.F. Sarmiento)
“Tenemos
suelo hace tres siglos, y sólo tenemos patria desde 1810. La
patria es la libertad, es el orden, la riqueza, la civilización
organizados en el suelo nativo, bajo su enseña y en su nombre.
Todos estos elementos nos han sido traídos de Europa, desde las
ideas hasta la población europea” (Juan Bautista
Alberdi)
“Aunque
pasen cien años, los rotos, los cholos o los gauchos no se
convertirán en obreros ingleses... En vez de dejar esas tierras
a los indios salvajes que hoy las poseen, ¿por qué no
poblarlas de alemanes, ingleses y suizos?... ¿Quién
conoce caballero entre nosotros que haga alarde de ser indio neto?
¿Quién casaría a su hermana o a su hija con un
infanzón de la Araucanía y no mil veces con un zapatero
inglés?” (Juan Bautista Alberdi)
. "Hemos jurado con Sarmiento que ni uno solo ha de quedar vivo (sus opositores)" (Bartolomé Mitre en 1852)
"¿Quien impulsa este progreso? Señores: es el capital ingles". (Bartolomé Mitre)
El país habla sobre la propiedad privada
Las clases acomodadas y sus voceros machacan y machacan sobre su carácter sagrado
Los pobres sufren por temor a perderla o nunca conseguirla
El gobierno se arrodilla ante su sola mención
Pero…
¿saben de lo que hablan los que hablan de propiedad privada con una seguridad que asombra, como dando cátedra?
¿a qué se refieren cuando discursean sobre ella?
¿Hablan del derecho a la vivienda o de los medios de producción?
¿de qué derecho hablan? ¿del burgués o del humano?
¿conocen el origen de los grandes latifundios?
¿quién usurpa y quién es usurpado?
Lamentablemente,
la cultura de esta pretendida "nación" que es Argentina,
entendiendo "cultura" como usos, costumbres y tradiciones, fue impuesta
por individuos que poco tenían de humanidad y mucho de escoria
como estirpe.
Es bien sabido que
las masas replican el pensamiento de sus clases dominantes. Este
país no es la excepción. Y la lamentable
concepción de la realidad de vastos sectores de la sociedad,
tiene todo que ver con la concepción de los que modelaron el
país en el siglo 19.
Cuando uno escucha
a burgueses y oligarcas hablar con desprecio de los trabajadores, de
los peones de campo, de los humildes, de los "cabecitas negras", de los
desocupados, de los marginados, de los hermanos originarios, de los
hermanos latinoamericanos, no sólo nos repugna, no sólo
no nos sorprende, sino que hasta nos parece natural viniendo de los de
su clase.
Pero cuando ese
mismo discurso, ese mismo desprecio, lo escuchamos de las clases
dominadas, explotadas, por más bienestar del que gocen,
especialmente de los clasemierderos que creen ser más por tener
más bienes que los que tienen menos.... eso indigna mucho
más.
Cuando un
clasemierda -que puede ser un gerente o capataz pero no por ello deja
de ser un asalariado-, habla pestes de otro asalariado menos
"agraciado" que él o ella, o de un marginado, lo que está
haciendo es repetir como un lorito el discurso de su amo, el mismo que
lo puede dejar en la miseria de un momento para otro. Y si en caso de
ser despedido no quedara en “pampa y la vía”,
sería gracias a los derechos conseguidos por la lucha de los
humildes trabajadores a los que repudia.
El sentimiento de
desprecio por los humildes no les es propio, sino que les es impuesto
por la cultura dominante, consolidada por los que luego de las luchas
intestinas por la organización nacional del siglo 19, impusieron
su visión en estas tierras.
Fueron los Mitre,
los Alberdi, los Sarmiento, fundamentalmente; los Avellaneda, los Roca,
los Urquiza, los oligarcas que se hicieron de lo que consideran hoy su
propiedad usurpando y conquistando a sangre y fuego las tierras del
indio, de los pueblos originarios, que eran los verdaderos
dueños; los fundadores de la Sociedad Rural -tan venerada por la
tilinguería barata-, los Martínez de Hoz, los Newton, los
Pereyra, los Temperley, los Casares, los Olivera, los Stegman, los
Madero, todos ellos fueron los que impusieron SU concepto de Patria, de
Libertad, de Moral, de Ley, de Buenas Costumbres, de
Tradición... y de Propiedad. Y como eran los dueños de la
tierra, del “campo”, “el campo” pasó a
ser sinónimo de “patria”.
La “Patria” entonces fue y ES la de ELLOS.
La Libertad es SU libertad
La Moral es SU moral
La Ley es SU ley
Las Buenas Costumbres son SUS costumbres
La Tradición es SU tradición
La Propiedad... es SU propiedad
y no sólo
eso, sino que a consecuencia de todo ello, el país es SU
país, y el Estado es SU Estado. Estos últimos en disputa
con la burguesía empoderada por el peronismo desde la segunda
mitad del siglo 20. Consecuentemente, los medios de
comunicación, que son SUS medios, replican la matriz de
pensamiento de las clases dominantes.
Machacan eso de
que los pobres “son vagos”, cuando los que NUNCA trabajaron
son ELLOS. Los usurpadores ricos acusan de usurpadores a los pobres;
los violentos asesinos acusan de violentos a los pobres cuando
éstos se atreven a protestar por la injusticia y la desigualdad.
Los que lograron sus posesiones y su riqueza prendidos como
sanguijuelas de la teta del Estado, acusan de ello a los que condenan a
la pobreza. Hablan de “meritocracia” cuando el único
“mérito” que tienen es el de haber nacido en cuna de
oro. Hablan de moral mientras explotan, saquean, roban, evaden, fugan,
contaminan, torturan, violan a mujeres y niños. Hablan de
justicia mientras son impunes de todas sus atrocidades.
Entonces, cuando
un clasemierdero sale con su banderita a defender la "propiedad
privada", no sólo no defiende la suya, no sólo defiende
la de ELLOS, sino que defiende una usurpación sanguinaria, que
costó la vida de gauchos e indios, nunca las de las clases
acomodadas.
Cuando un
clasemierda proclama la defensa de la "patria, la moral, las leyes, la
tradición y las buenas costumbres", no defiende las suyas, sino
LA DE ELLOS.
Así de imbéciles e ignorantes son.
La
tilinguería es la marioneta que repite como muñeco
indigno aquella lamentable frase de Sarmiento "no ahorre sangre de
gaucho.."
Sin embargo,
más allá de las miserias de los amos y sus serviles, es
inevitable que se ponga en debate la propiedad privada, porque aunque
no quieran verlo muchos, es la fuente de la mayoría de los males
de la sociedad actual. Las clases dominantes han provocado este marco
de injusticia calamitosa que ha dejado a los pobres sin techo y casi
sin comida. Es tan cruel la realidad que ante la desesperación
de millones en su búsqueda por un lugar para vivir, burgueses y
oligarcas, sin poder ni querer solucionar el problema, se dedican a
chillar por miedo a perder sus posesiones mal habidas. Y exigen
reprimir y criminalizar a quienes intenten ocupar un terreno, por
más baldío y desocupado que sea.
El problema de la
propiedad privada debe discutirse sin dudas. Sobre todo en una sociedad
como la nuestra, con un déficit habitacional de alrededor de 4
millones de seres humanos. Sobre todo en un país donde millones
se hacinan en urbes demenciales, mientras unos pocos son dueños
de cientos, miles, decenas de miles, centenares de miles o millones de
hectáreas. La desigualdad, la injusticia y la necesidad son
motores imparables de la lucha de clases.
¿Cómo
no va a debatirse el carácter de la propiedad ante semejante
realidad? ¿cómo no regularla, cómo no ponerle
límites?
¿Cómo no va a tocarse la propiedad privada en pos de una sociedad verdaderamente justa e igualitaria?
Es tan irracional
el planteo de los dueños de la tierra y sus loritos, que queda
claro con un solo ejemplo: si sus propiedades no pueden tocarse, ante
el aumento irremediable de la población…
¿dónde vivirán los millones y millones de seres
humanos que vendrán en el futuro? ¿se seguirán
amontonando unos sobre otros, mientras “los señores”
gozan de las inmensidades para ellos solos?
Es imposible sostener el discurso de esta clase nefasta dueña del poder.
Es imperativo terminar con su concepción egoísta, miserable e inhumana de la sociedad.
De un lado quedan
entonces, los defensores de la propiedad privada, poseedores y lacayos,
y esta asqueante realidad que sufrimos; y del otro, los que luchan por
la propiedad social, y en consecuencia por una sociedad justa,
igualitaria, sin explotados, sin pobreza y sin hambre.
Por todo lo
antedicho, por el origen abyecto de la propiedad privada, especialmente
en nuestro país, decididamente injusta, desigual e irracional,
es que es absolutamente necesario, justo y racional avanzar en limitar,
regular, recortar y por lo tanto cambiar el carácter de la
propiedad privada, tocando los intereses de los pocos privilegiados
para beneficio de las mayorías laboriosas y populares.
Gustavo Robles
31-10-20